Por el paseo de los tristes,
mi tristeza paseaba,
pensando que por allí,
cerca de ti me encontraba.
Mientras caía la tarde,
el sol bañaba la Alhambra,
sus rayos tan penetrantes
calentaban toda Granada.
Mi corazón pensamiento,
copa de Sierra Nevada
encontrábase en tus ojos
sin decir una palabra.
Recorrí miles de calles,
escuchando las miradas,
creí que me llevarían,
al calor de tu mañana.
Caía lenta la tarde
en la ciudad de la Alhambra
no vi tus ojos, tu frente,
yo no escuché tus palabras.
Regresé a casa ya tarde
con el corazón y la cara,
congelados por el frío
que tu ausencia provocaba.
Al caer sobre mi lecho
noté calor en mi espalda
cerré fuerte mis ojos,
imaginé me abrazabas.
Mi corazón sintió frío
pero mi cara quemaba,
la calentaba la luna
mientras enfriaba mi alma.
La noche me visita
y con ella tú me llamas
entre sueños, pensamientos,
tu voz tenue esperanza,
prende fuego al corazón
que hace tiempo no se abrasa.
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